miércoles, julio 04, 2007

Lo imperdonable

La noche me abandona. Me entrega
al alba que me exige un día más;
indiferente a todo, me fatigo por el horizonte
de amarguras y de atroz realidad.
Busco un destino ajeno a mi convicción de fatalidad
busco un sentido a la vida que sigue en mí latiendo
muy a mi pesar.
He practicado, incansable, las innúmeras formas
del no estar. Felicidad es encontrarse
en las maneras de la realidad: se puede odiar,
amar, matar o engendrar: por cualquiera de ellas
se animan los hombres.
Yo subvertí la razón del vivir:
lo que el cielo no me perdonará jamás
es la insolencia del no sentir, del ya no amar.

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