sábado, noviembre 03, 2007

La espera

Hace ya un par de meses que todas las noches, al bajar del subte, la veo. Está ahí, en la última estación, como esperando. Es joven y luce siempre bien vestida, con esa onda retro que la hace parecer de los ’80. Cuando los últimos pasajeros abrimos a mano las puertas de madera para descender, ella se para, mira con ansiedad y se vuelve a sentar con una mueca de resignación. Es la última estación y el último subte del día, ¿qué espera?. Un día, lo recuerdo bien, le pregunté: -hola, ¿te puedo ayudar en algo?...¿esperás a alguien?- “Sí, a vos” me dijo mirándome directamente a los ojos.
Se fue como uno más de los pasajeros. Yo quedé ahí, inmóvil, sentado, mudo.

Desde entonces veo pasar las formaciones una y otra vez. Perdí la cuenta de los días y de los años. La gente pasa y no me ve. Espero ansiosamente ese día en el que un pasajero me vea y me pregunte si me puede ayudar en algo.

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