lunes, octubre 30, 2006
Los Arutimunna
Ésos, que ni siquiera miramos al pasar y
que al nacer, ya todo lo han perdido.
Ésos que son feos, negros, y pobres,
o que han fracasado, en el amor, en el juego y en la vida.
Ésos, que sufren vejámenes e insultos todos los días
en el trabajo, en la escuela, en la calle, en el club.
Ésos y ésas que han sido heridos,
en el cuerpo y en lo más profundo del alma,
ésos y ésas a quienes la vida se obstina en denigrar;
los que todo lo intentaron y nada lograron;
aquéllos a quienes incluso la esperanza abandonó:
ésos, no tienen nada que perder.
Por eso se vuelven contra vos y contra todo.
Nada que perder, vida por vida, ojo por ojo.
Míralos, están a tu alrededor. Se multiplican
por millones. Son la inseguridad, la injusticia,
la desnutrición, el abandono, la miseria y el
analfabetismo. Miran al mundo desde la vidriera
de la eterna negación.
Ésos, que esperan su muerte, ésos, que los
Antiguos conjuraban con temor reverencial,
son los Arutimunna, los que esperan la muerte, y son tus verdugos.
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